Dadas las fechas en las que nos encontramos es imposible pasar desapercibidas las fiestas de Semana Santa. Ahora que vivo en Sevilla, es igual que en Jerez (mucho más en realidad): doblas una calle y te huele a incienso, y te ves a una cola enorme de capirotes y tambores.

Incluso trabajando en una agencia de publicidad de la capital, tampoco se libra uno de ver trabajos de horarios e itinerarios de Semana Santa, que algún cliente local ha solicitado, aunque este año no me ha tocado a mi realizarlo.

Pero sí me tocó hacer muchos en mi primera etapa como diseñador gráfico. La temática, aunque la he mamado desde siempre, no es mi favorita, pero he de reconocer que en la oficina de la calle Caballeros se gestaban los más elegantes, originales y bonitos programas de mano cofrades, ideados por la incansable imaginación y el buen gusto del recordado Manuel Molina.

Hace ya unos días del tercer aniversario del fallecimiento de Molina, director de Índice Comunicación, y por ello, a modo de homenaje, quiero compartir un peculiar trabajo de Semana Santa que realicé junto a él.

Se trata de un programa pero en este caso encargado por nuestros vecinos de Sanlúcar de Barrameda. Fue un proyecto muy particular porque en lugar de tener un tamaño de bolsillo, se hizo en tamaño A4, como si de una revista se tratara. Asimismo, metimos unos fotomontajes que presentaban a personajes principales de las hermandades de Sanlúcar a modo de retratos ilustrados (mis primeras pruebas de ilustraciones basadas en fotografías).

La guinda del pastel en esta publicación la puso un médico. El Dr. Jiménez, gran aficionado a la fotografía y con inmensas dotes para ello, nos donó unas instantáneas de gran calidad compositiva. En ellas se muestra mucha potencia gráfica y una visión muy original de esta fiesta cargada de estética visual.

 

 

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